Exfolia, suaviza e hidrata todo tipo de piel: el jabón negro.

Da igual que tengas la piel grasa o seca, mixta o con imperfecciones. El jabón negro funciona en todas ellas. Es más, este limpiador polivalente, capaz de exfoliar suavemente la piel y dejarla hidratada y con un tacto delicioso, es una potente arma contra las finas líneas de expresión, la erradicación de los puntos negros, las irritaciones y los eccemas.

Pero antes de salir corriendo a comprar una pastilla, detengámonos a conocer la historia de este milagro de la belleza, por mucho tiempo un secreto a voces entre las mujeres de las tribus de África Occidental, especialmente de Ghana y los países limítrofes. Aunque el jabón negro, es procedente de la ciudad de Alepo, no tardó mucho en llegar a Marruecos.

Se trata de un jabón artesanal, creado con ingredientes que se recogen y cosechan a mano, bien de plantas endémicas, así como hojas de palmas, vainas de cacao, corteza de platanero y un ingrediente fundamental: la corteza de árbol de karité. Algunos se tuestan y otros se dejan secar al sol antes de comenzar una alquimia que ha ido pasando de madres a hijas durante años. Hoy en día podemos encontrar diferentes variedades de jabón negro, pero para hablar de jabón negro, la base siempre ha de ser la misma: aceite de oliva y sosa vegetal.

Su textura es una pasta vegetal oscura y espesa, que al mezclarse con agua se vuelve más untuosa y hace un poco de espuma.

Este jabón es ideal para preparar la piel para el proceso de exfoliación. Se puede utilizar tanto en el rostro, como en el cuerpo pero eso sí, evitando el contacto con los ojos. No sólo es un magnífico exfoliante por el polvo de eucalipto, sino que además actúa como antiséptico por la esencia de eucalipto.

Tener estos componentes tan asombrosos, hace del jabón negro todo un aliado poderoso para el bienestar de la piel. Además, al usarlo estamos impregnando la epidermis de una mezcla en la que aparecen fuentes naturales de hierro y vitaminas A y E. No nos extraña, por tanto, que incluso sea un potente agente contra las manchas cutáneas e incluso que limite el olor corporal ácido. Quizás su secreto esté en detalles de su elaboración como que sustituyen las lejías tradicionales por cenizas de cáscara de cacao seco. Sea como fuera, funciona.

Puede ser usado por todo tipo de piel y a cualquier edad. Eso sí, ten presente que, como se realiza con ingredientes 100% naturales, al dejarlo al aire, reacciona creando una película fina. No pienses que se trata de una reacción química negativa, puedes seguir usándolo tal cual, incluso como champú. Además, su uso es ideal como jabón de afeitado.

Una vez lo aplicamos por todo el cuerpo, o en la zona que queramos, se deja actuar durante unos minutos, al igual que una mascarilla, para ablandar la piel muerta y facilitar su exfoliación. Se recomienda emplear un guante kessa o una espoja vegetal para ayudar a retirar las impurezas más profundas.

Si lo pruebas, no te va a dejar indiferente ya que sus efectos se notan de inmediato. La piel queda limpia, libre de toxinas y de células muertas, y se vuelve más suave.

Entre sus numerosos beneficios podemos destacar:

  • Apto para todo tipo de pieles.
  • Aporta belleza y brillo a la piel.
  • Tiene propiedades calmantes que no irritan la piel.
  • Elimina todas las impurezas y la piel muerta.
  • Suaviza y nutre la piel gracias a las vitaminas que contiene.
  • Tensa la piel envejecida.
  • Es un excelente exfoliante e hidratante.
  • Purifica y limpia la piel en profundidad.
  • Es antiinflamatorio y antibacteriano por lo que ayuda a aliviar afecciones comunes como manchas, acné, erupciones y rostro con demasiada grasa.
  • Humecta las pieles secas mejorando su aspecto y aliviando molestias.
  • Ayuda a tratar problemas en la piel como las estrías o eczemas.
  • Mejora la salud del cabello al fortalecerlo.

 

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Fuente: https://www.grazia.es

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