Los problemas de la piel son mucho más comunes de lo que parece. Para que te hagas una idea, entre un 5% y un 7% de la población adulta, y entre un 10% y un 20% de niños en España, padecen dermatitis atópica.
Esta enfermedad de la piel es una patología, entre otras también habituales, que se ha visto incrementada en un 200-300% en los últimos 30 años. Además, durante los cambios de temperatura y de estación, la dermatitis atópica, al igual que la mayoría de los problemas de la piel, se agudiza y la aparición de brotes suele ser más habitual.
En este post vamos a tratar los tipos de problemas de la piel más comunes, comenzando por analizar qué funciones tiene la piel, el órgano más grande del cuerpo humano, para después profundizar en las diferentes enfermedades de la piel y las principales causas de estas.
La piel, el órgano más grande el cuerpo humano
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano Lo cubre completamente. Se trata de una superficie que está estimada en 2 m2 y que puede llegar a pesar 10 kg. La piel y sus derivados (cabello, uñas y glándulas sebáceas y sudoríparas), conforman lo que se conoce como el sistema tegumentario. Y entre las principales funciones de este órgano está la protección del propio organismo, pero hay algunas más. Te lo contamos a continuación.
La protección de la piel, funciones principales
La piel tiene numerosas funciones y aunque la principal es la protección del organismo de bacterias y sustancias químicas, tiene también otras razones de ser muy importantes. Por ejemplo:
– La piel regula la temperatura del cuerpo
– Almacena agua y grasa
– Es un órgano sensorial
– Impide el ingreso de bacterias
– Actúa como barrera entre el organismo y el entorno
– Elimina toxinas a través del sudor
Cuáles son los principales problemas de la piel
Es importante saber distinguir los distintos problemas de la piel, ya que cada uno tendrá un tratamiento diferente y algunos pueden derivar en problemas más severos si no se actúa con conocimiento y no se usan a diario productos de aseo y de hidratación adecuados. A continuación te explicamos cuáles son los principales problemas de la piel.
Dermatitis Atópica
La Dermatitis Atópica es una enfermedad de la piel crónica y no contagiosa que causa picor e inflamación en la piel. Los síntomas son piel seca, escamosa y con escozor y, generalmente, afecta a la parte interna de los codos, detrás de las rodillas, piernas, brazos y la cara, pero también puede cubrir la mayor parte del cuerpo.
La piel tiende a la erupción cuando se expone a factores irritantes como disolventes químicos industriales, detergentes, humo de tabaco, pinturas blanqueadoras, lanas, comidas ácidas y/o astringentes, productos del cuidado de la piel que contienen alcohol y algunos jabones y perfumes industriales. También empeora en casos en que la piel está más seca que de costumbre, cuando se expone a irritantes alérgenos, a tensión emocional, al calor, al sudor y a las infecciones.
Psoriasis
La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel que causa manchas rojas y escamosas que pican, y que aparecen normalmente en las rodillas, los codos, el tronco y el cuero cabelludo. Pero que también puede afectar a las uñas, los genitales, la boca, la espalda, las palmas de las manos, y las plantas de los pies.
Y aunque no es una enfermedad hereditaria sí que la predisposición genética es uno de los factores que participan en la aparición. Pero también aparece causada por infecciones, como amigdalitis o infecciones cutáneas. El clima, especialmente el frío y la sequedad agravan la situación. Y también, las lesiones en la piel, como un corte o raspadura, una picadura de insecto o una quemadura por el sol grave. El estrés es otro factor desencadenante.
Acné
El acné es un trastorno de la piel que ocurre cuando los folículos pilosos se tapan con grasa y células cutáneas muertas. Los comedones, puntos negros o granos suelen aparecer en la cara, la frente, el pecho, la parte superior de la espalda y los hombros. El acné es más frecuente en los adolescentes, aunque afecta a personas de todas las edades.
Los causantes del acné son, esencialmente, una producción excesiva de grasa, la obstrucción de los folículos pilosos con grasa y células cutáneas muertas, las bacterias y el exceso de actividad de un tipo de hormonas (los andrógenos).
Además, en torno a este trastorno existen numerosos mitos que son falsos. Por ejemplo, comer alimentos con alto contenido graso tiene muy poca o ninguna incidencia sobre el acné. En cambio, trabajar en un ambiente con concentración de grasa, como en una cocina, incide sobre el acné. La suciedad de la piel tampoco causa el acné. Y frotar la piel con demasiada fuerza o limpiarla con jabones ásperos o con químicos la irrita y suele empeorarla.
Rosácea
La rosácea es una afección de la piel común que causa enrojecimiento y vasos sanguíneos visibles en la cara. También puede producir pequeñas protuberancias rojas llenas de pus. Estos signos y síntomas pueden aparecer durante semanas o meses y luego desaparecer por un tiempo. Muchas personas con rosácea también desarrollan granos en la cara que se parecen al acné.
Los cambios de temperatura bruscos, ya sea por frío o por calor, empeora la rosácea. También el consumo de alcohol y tabaco, o de alimentos picantes, chocolates, especias como la mostaza, algunas frutas como el aguacate, alimentos ricos en histamina o lácteos la generan. Tampoco es recomendable la exposición al sol en verano.
Piel sensible
Cuando se hace referencia a una piel sensible nos referimos a que, aunque no desarrolla ninguna enfermedad, sí que se se percibe un malestar facial que a veces se manifiesta en forma de picor, y escozor. No es lo mismo una piel intolerante y reactiva a cosméticos, que suele mejorar al retirarlos estos, que una piel sensible.
En estos casos, también las pieles reaccionan a factores ambientales como los cambios de temperatura; factores externos como la contaminación, y también internos como el cansancio o el estrés.
¿Cuáles son las causas principales de los problemas de la piel?
Entre las principales causas de los problemas de la piel, solemos encontrar siempre las mismas. Así que hemos decido repasarlas todas para tratar de prevenir estas situaciones de forma adecuada.
- La piel reacciona a los cambios estacionales y de temperatura bruscos
Es un clásico. Afecta a todos los tipos de problemas de la piel, porque cuando hay un cambio brusco de temperatura comienzan los espisodios de sequedad, tirantez, descamaciones, rojeces en todo el cuerpo. Además de estos cambios bruscos de temperatura también la piel se ve afectada por las calefacciones que resecan el ambiente si están muy altas, y rompen el equilibrio hídrico óptimo de la barrera cutánea. - Los geles de baño agresivos y geles hidroalcohólicos afectan a la piel
Algunas cremas humectantes, champús y geles de ducha que se usan habitualmente (ahora también ocurre con los geles hidroalcohólicos) contienen detergentes y compuestos químicos que producen irritaciones de la piel y reducen su capacidad de funcionar efectivamente. Además, las sustancias alcalinas que contienen también alteran el PH de la piel, que es ácido y esta acidez es la que le da a la piel una función de barrera frente a las agresiones externas. - Es recomendable en estos casos elegir mejor la ducha que el baño, no estar más de 10 minutos en el agua (sobre todo, si el agua de tu zona es muy calcárea), regular la temperatura (ni muy fría ni muy caliente), no usar esponja, realizar un secado suave (con una toalla de algodón y suaves toquecitos), e hidratar la piel con productos emolientes.
- Los cambios hormonales son una de las causas de los problemas de la piel
Los cambios hormonales afectan a la piel. Aunque ocurren sobre todo en la pubertad, cuando el cuerpo produce una mayor cantidad de estrógenos y andrógenos, como la testosterona, también durante el embarazo se dan multitud de problemas en la piel (como las manchas o la pigmentación). La menopausia es otro momento de la vida de la mujer en la que los problemas en la piel se multiplican. - Una correcta alimentación es determinante para la salud de la piel
La piel es un reflejo de cómo estamos por dentro, sobre todo, porque es uno de los sistemas encargados de limpiar el organismo, junto con el hígado, los riñones, los pulmones y los intestinos. Por eso la Medicina Tradicional China relaciona la piel con el intestino grueso y los pulmones. En general, para tener una piel sana, se deben evitar los tóxicos que sobrecargan los órganos de limpieza: alcohol, tabaco, salsas picantes, grasas… y eliminar alimentos como lácteos, harinas y azúcares refinados, grasas transformadas o alimentos procesados. - Menos ansiedad y estrés para una piel sana
Todas la problemáticas de la piel suelen empeorar en épocas de mayor estrés y mejorar en vacaciones. De hecho, la ansiedad y el estrés suelen estar relacionados con problemas de piel como el acné, el eccema, la urticaria, la psoriasis o la rosácea. La hormona del estrés (el cortisol) altera la barrera de protección natural de la piel y afecta al sistema inmunológico.