Estamos en verano y las altas temperaturas hacen que debamos prestar especial atención a la hidratación del cuerpo, ya que el calor aumenta la evaporación del agua y nuestras necesidades de ella.
El componente mayoritario del cuerpo es el agua y se distribuye en la sangre, tejidos, orina… formando el 60% de nuestro peso corporal. Con la llegada del calor, este agua se evapora y por lo tanto aumenta nuestra necesidad de hidratarnos (tanto a nivel interno, como a nivel de la piel).
Debemos tener en cuenta la importancia de la hidratación a dos niveles:
Ø Hidratación interior
Hay que mantener un equilibrio entre la cantidad de líquido que eliminamos y la que ingerimos. El agua se utiliza para regular la temperatura corporal, realizar la digestión, aumenta la filtración renal…
En condiciones normales, cuando nosotros ingerimos más agua de la que necesitamos ésta se elimina por medio de la orina. La sed nos recuerda que debemos ingerir líquidos para evitar la deshidratación.
Hay situaciones en la que el mecanismo de la sed no funciona correctamente y hay que tener cuidado para evitar la deshidratación.
Para hidratar nuestro cuerpo podemos tomar agua como tal o en forma de zumos, infusiones, caldos, batidos… o también frutas o verduras (que tienen agua en su composición). Si se ha perdido mucha agua por la sudoración, no hay que olvidar que también se han perdido sales minerales, por lo que el agua sola no vale para recuperar el equilibrio, sino que puede ser necesario tomar bebidas isotónicas.
El agua aporta vitalidad, elasticidad y suavidad a la piel. Estudios recientes demuestran que la deshidratación puede provocar la aparición de signos de envejecimiento prematuros en la piel. Los expertos recomiendan tomar entre 2 y 2,5 litros de agua al día para hidratar nuestro cuerpo por dentro y llevar a cabo un régimen de tratamiento que cubra las necesidades de hidratación de la piel.
Nuestra recomendación especial para hidratarse disfrutando es preparar un rico gazpacho, bebida por excelencia de nuestra tierra que reúne inmejorables ingredientes beneficiosos para nuestro organismo: agua, aceite y tomate.
Ø Hidratación exterior
La piel está formada en su mayoría por agua (un 70%) y la mayoría de ésta se concentra en la dermis (donde se acumula el agua para nutrir las capas superiores).
El agua de la piel nos asegura una función protectora (formando la película hidrolipídica de la piel) además de dar luminosidad y belleza al cutis.
Hay que tener en cuenta que la piel se deshidrata con la edad, una mala alimentación, la falta de hidratación interna, pero también la afectan los agentes externos: el exceso de calor, la polución, el cloro de las piscinas, las radiaciones solares… Por todo esto debemos prestar especial atención a su hidratación en verano:
-Aplicar un protector solar de forma adecuada antes y durante la exposición al sol.
–Ducharse tras un baño en piscina, mar… (retira el cloro y las sustancias irritantes de la piel). Para eso nada mejor que uno de nuestros jabones artesanales con aceite de oliva, ya sea en formato pastilla o un jabón líquido.
-Puede ser necesario vaporizar agua sobre la piel cuando haga mucho calor o durante la exposición solar. Humectar la piel será un placer con un poco de agua floral, refresca e hidrata.
-Aplicarse un crema a diario o aceite corporal tras la ducha. En Arahí disponemos de una gama de aceites corporales de distintas esencias así como cremas de día y noche, ultranutritiva, anticelulítica, etc.
Con el paso del tiempo las glándulas sebáceas son menos activas y la piel pierde parte de su capacidad para retener agua. Esto provoca que se reseque con más facilidad.
¡Recuerda!: hidrátate este verano al natural por dentro y por fuera, que no te falte un rico gazpacho fresquito y cosmética de Arahí para exfoliar, humectar e hidratar tu piel.
Fuente: https://nutricionsaludybelleza.es