La importancia de la exfoliación

Cuando se habla de la belleza de la piel pensamos en hidratación, maquillaje y limpieza. Pero hay un gran olvidado en nuestra rutina: exfoliar la piel.

Exfoliar la piel ayuda a la regeneración celular tras retirar la acumulación de células muertas, limpia poros e impurezas preparándola para recibir y absorber cualquier principio activo que se le aplique a continuación.

¿El resultado? El cutis se vuelve más suave, recupera su brillo y flexibilidad y se suavizan cicatrices y marcas. Por eso es vital complementar la limpieza, hidratación y protección del rostro con una exfoliación semanal para lograr un cutis perfecto.

A continuación os damos las claves de la exfoliación:

¿Cómo?
Aplicar un producto natural con suaves movimientos circulares y siempre, siempre, con la piel húmeda. Si lo haces con la piel seca la irritarás y descamarás. Nosotros os recomendamos nuestro jabón negro, ideal para exfoliar gracias a su polvo de eucalipto.

¿Cada cuánto?
Una vez por semana en pieles normales, o cada 15 días en pieles secas o sensibles. Si la vas a hacer en la cara, antes retírate todo el maquillaje y deja tu piel totalmente desnuda.

¿Por qué?
El uso de exfoliantes proporciona una limpieza profunda que, a diferencia de lo que se suele pensar, no debe limitarse a las pieles grasas, sino que es muy útil en las pieles secas y escamosas.

¿Dónde?
Codos, talones, glúteos… ¡Todo el cuerpo! La piel necesita renovarse y al exfoliar retiras la primera capa de impurezas y células muertas.

Y recuerda, la piel no sólo debes mantenerla limpia e hidratada, comienza la época de sol y bronceados, no olvides protegerla.

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